Se celebró el pasado 24 de abril el proceso de referéndum, de consulta abierta a las bases, a toda la militancia (más de 7.000) de Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía (IU-LV-CA), para que éstas se pronunciaran sobre dos cuestiones principales. Por una parte, si aceptamos o no, si damos o no conformidad al Acuerdo Político-Programático alcanzado en el trabajo de la Comisión de Diálogo entre el PSOE-A e IU-LV-CA. Y en caso afirmativo, una segunda cuestión crucial, los militantes nos pronunciamos sobre si la colaboración de Izquierda Unida de Andalucía con el PSOE Andaluz debe plasmarse en un Acuerdo de Legislatura, o bien se debe participar activamente en un Gobierno de Coalición.
Efectivamente, tras los últimos resultados electorales del 25-M, se constituyó una Comisión de Diálogo entre ambos partidos, nombrada al efecto de poder llegar a un Acuerdo Programático para la gobernabilidad de Andalucía. Dicho proceso llegó a buen puerto, finalizándose dicho Acuerdo 6 días antes de la celebración del citado Referéndum, para que las bases pudieran conocerlo y estudiarlo con detalle antes de pronunciarse. Incluso se ha editado desde Izquierda Unida de Andalucía un documento comparativo, analizando las distancias y proximidades entre el Programa Electoral propio de IU-LV-CA, y los acuerdos alcanzados con el PSOE-A, y expresados en dicho documento. Al propósito de su difusión y conocimiento para los lectores interesados, abordaré próximamente en este Blog una serie de artículos desgranando el contenido del Acuerdo Programático, consistente básicamente en 250 medidas y 28 leyes.
La participación final en el Referéndum fue del 80,29% del censo de la militancia andaluza, actualizado para tal fin, y los resultados han arrojado un respaldo del 84,5% de los votos para la opción de formación de un Gobierno de Coalición, mientras que el 16,12% optó por la posibilidad de un Pacto de Legislatura. Por su parte, el Acuerdo Programático ha sido avalado por el 87,4% del electorado, siendo rechazado por el 13,95% restante.
Ahora bien, mi posición es algo crítica en lo que se refiere a las formas y al fondo de la cuestión, esto es, la convocatoria de este Referéndum en los términos celebrados. Una primera crítica se refiere al propio ámbito de participación, que entiendo se debería haber abierto no sólo a la militancia, sino también a todos los votantes y simpatizantes de nuestra Organización, pues ellos también nos han dado su apoyo en las urnas, y deben tener derecho a decidir, ante la tesitura de alcanzar los 12 diputados de representación parlamentaria, cómo debe reflejarse la fuerza de nuestra opción política. Y una segunda crítica la extiendo a las propias preguntas del Referéndum, haciendo referencia sólo a dos de las cuatro posibilidades existentes.
En efecto, la consulta preguntaba a la militancia para que se pronunciara únicamente sobre dos cuestiones, sólo sobre dos posibilidades, cuando el rango de situaciones posibles es más amplio. Parece como si desde la Dirección Andaluza de IU se quisiera haber acotado la situación a dichas dos posibilidades, dejando anuladas y fuera de combate la opinión de quienes pensamos que otras alternativas eran posibles. De menor a mayor implicación, las cuatro posibilidades eran:
1.- No apoyar a nadie, ni al PP ni al PSOE, y abstenerse en la votación de investidura, como ya hicieron nuestros compañeros de IU de Extremadura, en un claro proceso de coherencia política y de acuerdo con nuestra experiencia y con nuestra historia. Es cierto que esta opción hubiese dejado en Andalucía un Gobierno del PP, pero ha sido la opción más votada por los andaluces. No caigamos en el tópico de que "vamos a tener un gobierno de izquierdas" en Andalucía, vamos a tener un gobierno de alianza entre una fuerza de izquierdas (IU) y una fuerza conservadora (PSOE). El resultado de dicho gobierno en la práctica va a depender de la presión que sea capaz de ejercer IU sobre el PSOE para que desarrolle el programa acordado. Si esto no tiene éxito, nos vemos seguramente celebrando elecciones anticipadas.
2.- Apoyar la investidura del candidato del PSOE, para impedir un Gobierno del PP. Lógicamente, esto debía hacerse no gratuitamente, sino desarrollando, como se ha hecho, un Acuerdo Programático que garantizase mínimamente que nuestro apoyo a la investidura estaba en función de que el PSOE desarrollara las políticas alcanzadas en dicho Acuerdo. Ésta creo que hubiera sido la opción más inteligente (así lo planteé en mi artículo "La sabia elección del pueblo andaluz"), de tal manera que, aun marcando las diferencias con el PSOE (y por tanto no alineándonos con ellos), contribuimos con nuestra modesta fuerza parlamentaria a que Andalucía lleve a cabo políticas de izquierda, y no se sumerja también en la marea ultraliberal y conservadora del Gobierno de España.
3.- Apoyar un Pacto de Legislatura con el PSOE, desde la base de un documento, de un Acuerdo Programático, que se debería desarrollar por un Gobierno sólo del PSOE, es decir, sin participación de IU, pero obligado a desarrollar el contenido y las políticas referidas en dicho Acuerdo. Ésta es la primera de las dos opciones que se preguntaban en el Referéndum, y me parece más peligrosa, pues condiciona y proyecta un apoyo de IU durante toda la Legislatura. No tendríamos compromisos de Gobierno, pero igualmente seríamos cómplices de la política desarrollada.
4.- Por último, la posibilidad preguntada en segundo lugar y aceptada mayoritariamente, la de plasmar el compromiso del Acuerdo Programático en un Gobierno de Coalición, participando activamente en un gobierno conjunto con el PSOE. Es la opción más arriesgada, pues no solo vamos a ser cómplices de la política desarrollada, sino que vamos a participar de pleno en su desarrollo, su implementación y su gestión. Vamos a tener que hilar muy fino, porque toda nuestra credibilidad y nuestras posibilidades de ulteriores gobiernos en solitario pueden verse seriamente afectados si no hacemos llegar a buen puerto no sólo los Acuerdos conseguidos, sino la percepción de cara a la ciudadanía de un cambio radical, de un completo giro en la política andaluza de todas las anteriores legislaturas.
Mi opinión por tanto es coincidente en lo que se refiere a la aprobación y el apoyo al Acuerdo Programático (aunque con mis críticas al respecto, que ya iré comentando sobre la marcha de su contenido), pero contraria en lo que se refiere a la participación activa de IU en un Gobierno de Coalición. Creo, como ya he desarrollado más arriba, que el Referéndum debería haber preguntado sobre las cuatro cuestiones (en vez de sólo por las dos últimas), y me decanto personalmente por la segunda opción (apoyar únicamente la investidura del candidato del PSOE, previo desarrollo y aprobación de un Acuerdo Programático).
Parto de la base y absoluta premisa de que el PSOE no es una fuerza política de izquierdas. Es una fuerza política que se sitúa a caballo entre la socialdemocracia y las posturas neoliberales aplicadas a la economía de mercado, por lo cual estamos acostumbrados a escucharles discursos de izquierda, sobre todo cuando están en la oposición, y a llevar a cabo políticas conservadoras cuando gobiernan. Además de todo esto, no han tenido nunca con Izquierda Unida un comportamiento respetuoso, más allá de cuando nos necesitan, como en este caso, para que actuemos como su muleta de apoyo, y demos nuestro respaldo a su gobierno.
La prueba más evidente de lo que digo es que nunca han modificado la Ley Electoral para que los votos de IU puedan tener el mismo peso representativo que el de las fuerzas políticas mayoritarias, y poder deshacer así el bipartidismo reinante en nuestro país. Por todo lo cual, un Gobierno de Coalición no se entiende desde mi punto de vista, pues sólo nos lleva a colocar en ciertos puestos (Direcciones, Consejerías, etc.) a nuestra gente, dando la imagen y la impresión de que somos hermanos de leche, cuando el mensaje que tenemos que dar es radicalmente distinto.
Sé que muchos dirigentes, militantes y simpatizantes opinan que precisamente por esto tenemos que participar en el Gobierno, para tener más responsabilidades directas en la propia gestión de las medidas que se vayan a llevar a cabo, pero eso también se puede realizar desde fuera, con un Pacto de Legislatura, que aproveche los Acuerdos Programáticos alcanzados, y obligue al PSOE a su estricto cumplimiento, o a romper en su caso dicho Pacto. Otros muchos militantes, dirigentes y simpatizantes también opinan que debemos demostrar con esta oportunidad que somos una opción de gobierno real, que no somos gente que nos quedamos en la teoría, en la crítica y en la protesta. Pero este argumento creo que se cae por su propio peso, pues cualquiera que conozca la trayectoria de nuestra coalición, sabe perfectamente que tenemos y hemos tenido cargos en los diferentes ámbitos de la Administración Pública, a todos los niveles, demostrando nuestra capacidad real de gestión.
Y otra opinión que posee una parte de la militancia se refiere a la posibilidad de que si conseguimos que el PSOE gire a la izquierda y la ciudadanía lo nota, al final quedarán ellos como la opción a la que hay que votar, como protagonistras de ese cambio, en vez de IU. Mi respuesta ante este argumento es que, llegado ese caso, nos debería dar igual, porque más que la consecución del poder, más que la acumulación de cargos, lo que nos debe importar sobremanera es la aplicación en nuestra tierra de las auténticas políticas de izquierda, y creo que la mayoría de los ciudadanos, al menos los que nos votan, saben perfectamente que éstas sólo están representadas por Izquierda Unida. Creo, para terminar, que los que han apostado por la participación activa en un Gobierno de Coalición lo han hecho también mirando al pasado, para que no se reproduzca la época histórica (años 1994-1996) de la llamada "pinza", que no era tal, sino que se quiso vender como que el PP e IU se ponían de acuerdo para fastidiarle la vida al PSOE. Nada más alejado de la realidad, pues la oposición de PP y de IU era siempre diametralmente opuesta.
Pero una vez expresada mi opinión, que también avancé en el artículo "La sabia elección del pueblo andaluz", y como no puede ser de otra manera, no sólo respeto y acato lo que la mayoría de la militancia ha expresado en el citado Referéndum, sino que deseo fervientemente que dicha experiencia de gobierno conjunto para los próximos cuatro años fructifique, tenga completo éxito, y consiga su objetivo fundamental, que es llevar a cabo en Andalucía auténticas políticas de izquierda, y conseguir que nuestra tierra actúe como dique de contención de la oleada conservadora y neoliberal no ya sólo del resto de España, sino de la inmensa mayoría de la Unión Europea. Emplazo a los lectores interesados a la serie de artículos donde expondré el contenido del Acuerdo Programático que deberá ser llevado a cabo en la próxima Legislatura andaluza.