Continuando con las propuestas educativas llevadas al Congreso de los Diputados por parte de la Marea Verde (a través de su representante Agustín Moreno, cuya comparecencia en la Subcomisión de Educación estamos tomando como referencia), vamos a continuar a partir del segundo apartado (ver artículo anterior, donde ya comenzamos a exponerlas):
B) EDUCACIÓN INCLUSIVA. Hemos venido resaltando, desde las primeras entregas, que uno de los objetivos fundamentales de la escuela pública es conseguir un modelo de escuela inclusiva, es decir, con plenas garantías de integración de todo el alumnado, y a todos los niveles. Las propuestas para este apartado son las siguientes:
1.- Conseguir una orientación tanto del centro educativo como del currículo escolar desde la mirada inclusiva: docencias compartidas, flexibilidad de grupos, profesorado y otros profesionales ajustados a las necesidades del alumnado, y sobre todo, descartar la segregación según capacidad del alumno/a, sexo, diversidad cultural y social, ni por ningún otro criterio, condición o circunstancia.
2.- El carácter plurinacional del Estado (cuando sea reconocido oficialmente) reconocerá las peculiaridades de cada Comunidad Autónoma, con sus propias leyes educativas contempladas dentro del marco legal estatal (esta situación alcanzará su culminación cuando consigamos evolucionar hacia un Estado Federal). Y esto es interesante, sobre todo, para que estas leyes educativas potencien el conocimiento por parte del alumnado de la historia, el folklore, el arte y la cultura de cada pueblo integrado en el Estado Español.
3.- Implementar un plan de medidas para favorecer el éxito de todo el alumnado en la educación en su etapa obligatoria, concretando las actuaciones de apoyo, incrementando la dotación de los centros educativos y zonas con mayores dificultades y/o desventajas sociales. Alcanzar la plena equidad es una asignatura pendiente que va más allá que la simple igualdad de oportunidades, porque se trata de dar más a quien más lo necesita. En el fondo de este asunto, tenemos la meta de frenar el temido fracaso escolar, que trunca de forma temprana la vida de muchos estudiantes.
C) CURRÍCULO ESCOLAR SIN IDEARIOS PARTICULARES. Desde las primeras entregas de esta serie de artículos hemos venido insistiendo en que los/as alumnos/as no son propiedad de sus padres (ideológicamente hablando), así que en el ámbito privado los padres y madres están en su derecho de inculcar en la mente de sus hijos e hijas los idearios que deseen, pero la escuela pública ha de permanecer al margen de ellos. En este sentido las propuestas son las siguientes:
1.- Alcanzar una educación completamente laica, sin la enseñanza de dogmas, que respete plenamente la libertad de conciencia y elimine de las aulas cualquier tipo de adoctrinamiento. Para ello, es absolutamente necesario derogar los Acuerdos políticos firmados con el Vaticano en 1979. Las religiones (todas ellas) deben salir de la escuela pública, así como toda la simbología y los protocolos asociados a ellas.
2.- Construir desde la escuela pública una ciudadanía formada, informada y crítica, para lo cual es imprescindible reunir e integrar en el aula el conocimiento de las ciencias y sus aplicaciones, pero también de las humanidades, las ciencias sociales, las artes, los saberes ancestrales y populares, y los que componen la vida cotidiana, de forma que todos ellos sirvan al cuidado de las personas, de la naturaleza y de la vida comunitaria.
3.- Diseñar e implementar un currículo escolar pluri e intercultural. Para ello la escuela pública ha de estar abierta a investigar, integrar y respetar el conjunto de culturas de nuestro mundo, sin limitaciones ni prejuicios, liberando al alumnado de las actitudes injustas para con las demás culturas.
4.- Diseñar un currículo completo e integral, no formulado como un listado de contenidos mínimos o como un compendio de competencias, sino de forma global, integrada y compleja, en términos de resolución de problemas, situaciones sociales, ambientales y éticas relevantes. Hay que conceder importancia y tiempo escolar a la filosofía, al lenguaje musical, a la expresión corporal y a la expresión artística, integrantes todas ellas del desarrollo de la personalidad humana.
5.- Diseñar un currículo adaptado al contexto histórico, cultural y social, político y económico, con un amplio margen de adaptación y desarrollo por parte de la comunidad educativa.
6.- Diseñar un currículo que potencie el conocimiento abierto y compartido. Solo de esta forma conseguiremos generaciones futuras que renuncien a vivir encerradas en sí mismas.
7.- Diseñar un currículo no competitivo. Las actitudes competitivas deberían ser desterradas de la escuela pública. Creemos que no se deben realizar pruebas externas que tengan como objetivo la homogeneización del aprendizaje ni la elaboración de ránkings. En este sentido, somos contrarios a las evaluaciones externas y centralizadas tras cada etapa educativa, así como también a los sistemas evaluadores diseñados por los Organismos internacionales, tales como PISA.
8.- Diseñar un currículo ecológico, con contenidos de tipo transversal ligados a la sostenibilidad, el mantenimiento de la vida y la ética ecosocial. La escuela pública debe desterrar en su alumnado la visión antropocéntrica que caracteriza nuestra civilización capitalista y globalizada, y extender una visión centrada en la importancia y la conservación de la vida. En este sentido, remito a mis lectores y lectoras a las entregas anteriores, donde hemos hecho un extenso recorrido aconsejando cómo deben evolucionar los contenidos de los libros de texto de las distintas asignaturas.
Continuaremos con los siguientes bloques de propuestas en nuestra siguiente entrega.